Blogia

Blog Personal de Itxu Díaz

No era la Cope, era la libertad

Leo hoy que el presidente del CAC propone ahora, en un libro de inminente publicación, meter sus manos-tijeras en Internet. O sea, no contentos con arrebatar licencias a las emisoras de radio que han criticado al gobierno catalán, pretenden seguir con la asfixia liberticida en Internet. Hay algunos que han nacido para lo que han nacido. La pena es que con lo grande y bella que es Cuba, vivan en España.

 

El problema de esta película de terror que estamos viviendo es que han tenido buen cuidado de iniciar esta operación de censura atacando a unos medios sí y a otros no. No sólo por el trasfondo ideológico de los que sí y de los que no, sino también porque sabían que dividiendo al bloque mediático –habitualmente bastante divido en España- sería más fácil cortar a su gusto el resto del pastel sin que nadie pueda alzar la voz. Naturalmente, los “amigos de la libertad” que habitan en el resto de los medios no afectados por el asalto del CAC a la Cope y Punto Radio, se han apresurado a guardar silencio cómplice, en el mejor de los casos, y a sonreír ordinariamente y aplaudir como cerditos, en el peor de ellos. El problema de celebrar que un organismo dependiente del poder corte las manos a un enemigo es que, sin pretenderlo, estás dando el visto bueno a que mañana te las corten a ti. Este sencillo razonamiento no lo entienden… al menos hasta ahora.

 

Por eso los censores se animan y siguen con el festival dictatorial. Como han visto que se pueden cerrar emisoras de radio y que todo la respuesta que obtienen es una manifestación organizada por Ciudadanos de Cataluña, un poquito de solidaridad de cierto sector minoritario de la cultura española, y poco más, se han animado y enfocan ahora su cañón hacia la gran jungla de la libertad que representa Internet. Todavía no disparan porque ahora en España las cosas ya no se hacen como antes. Los nostálgicos del totalitarismo –que son legión- ahora ya no sacuden directamente. Primero acusan, después señalan, más tarde insinúan, razonan, lanzan globos sondas de colores, vuelven a acusar y caldean el ambiente. Finalmente, cuando actúan, la ciudadanía borreguil –que también es legión- ya está lo suficientemente manipulada como para aceptarlo sin mayores reflexiones. Así hizo el CAC con la Cope y así parece querer hacer con Internet. De momento, el primer globo sonda ya luce en el cielo. ¿Y si regulamos? Porque utilizan ese verbo, “regular”.

 

Por eso ahora ya no apuntan sólo a una radio concreta, sino que dirigen su dedo sancionador al epicentro de la libertad de prensa del siglo XXI… ¿Y ahora qué hacemos? Habría que preguntárselo a los que han mantenido ese silencio cómplice y a los que han aplaudido entusiastamente. Y por supuesto, también a los que han sido premiados por accidente en el reparto posterior. O sea a La Razón, a El País, a Antena 3, a Onda Cero, a Público, a la Cadena Ser y demás... ¿Qué hacemos ahora? ¿Sonreímos también? ¿Recurrimos de nuevo a ese “poderoso razonamiento moral” que han utilizado algunos en los últimos días… al ”qué se joda Jiménez Losantos” también?

 

Evidentemente tenemos un problema. Lo ha dicho la Cope desde el primer día y muy pocos han querido escucharlos: no era la Cope, era la libertad de expresión.

Afortunadamente, en Internet no lo tendrán tan fácil. Pero la mera insinuación "reguladora" asusta. Asusta y, sobre todo, retrata a esta banda "reguladora" que se sostiene, no conviene olvidarlo, con tus impuestos, se reafirma con tus votos y se crece con tus silencios. No lo olvides.

La comisión de la muerte

Hoy ha tenido lugar la primera reunión de la subcomisión del Congreso que estudia la reforma de la Ley del Aborto. No escribiré hoy nada que no haya escrito antes.

Inocentes

Sus ojos nos miran desde lo alto y nos preguntan por qué. Nos miran, tiernos, confusos, serenos. Llorosos. Su mundo ya no es el nuestro y el nuestro no es nada al lado de su eternidad. Se fueron sin querer, sin avisar, sin despedirse, sin tiempo para soñar. Se fueron y nos dejaron con las manos vacías de cariño, de talento, de alegría y tal vez de mucha sabiduría. Más que irse, partieron de aquí violentamente obligados al destierro, y nadie les dio unos minutos para poder despedirse de aquellas personas a las que amaron, o a las que habrían podido amar con los años. Nunca podremos saber qué habría sido de sus vidas si no se hubieran dado esas trágicas circunstancias. Nunca podremos saber qué hubiera sido de ellos si esas manos salvajes, revestidas de repugnantes banderas y libertades que son cárceles, no hubieran puesto su iniquidad al servicio del más reprobable de los males, del dolor y de la sangre. Se fueron silentes sin pintar su futuro. Se fueron miles, se van millones.

La estela que dejan los inocentes, desde su cercana ausencia, es la gran cicatriz que ensombrece la dignidad humana. La vergüenza de nuestra modernidad. La prueba de la farsa de nuestro progreso, que tantas veces es regreso. Los inocentes chillan en silencio cada noche y podemos oírlos en nuestro interior. No chillan ya de dolor, sino suplicando que ablandemos nuestro oído, que abramos las puertas de nuestro corazón al sentido común, que demos la cara para que su memoria sirva para evitar otros crímenes. Nos recuerdan que nuestro silencio siempre es cómplice, y que aunque es cierto que las autoridades de la tierra pueden dejar impune cualquier atropello, no sólo de la tierra vive el hombre. Nos gritan y tal vez no queremos escuchar sus voces.

Los inocentes son los eternos niños de esta sociedad, llena de palabras pero enferma de ideales. Los inocentes son los desprotegidos, los despreciados, los que pagan las palabras vanas de unos, la ineficacia de otros, y los que han de soportar, finalmente, la absurda depravación de sus verdugos. Nos miran, como digo, en silencio y podemos oírlos: ¿Qué haréis ahora? ¿Qué haréis por mí, por nosotros? ¿Nadie responde?

A algunos les han hincado una tijera en el cuello, mientras trataban de agarrarse a la vida desesperadamente, dando los últimos manotazos con sus manos tamaño aceituna, intentando madurar a toda prisa entre sollozos. A otros los han envenenado, o aspirado brutalmente, o asfixiado. En tan sólo unos segundos, los que dure la pelea en el quirófano de la muerte, reposarán inmóviles sus diminutos cuerpos, cargados de proyectos, de amigos, de sonrisas, de luchas, de goles, de ilusiones, de ideas, de gestas valerosas y divertidas huidas, de amores, de suspensos y aprobados, de perdones, de risas, de vida. Porque son vida. Son vida siempre, incluso muertos. Por eso aún miran. Yo creo que los inocentes nunca se mueren del todo.

Después, sus cuerpos son desterrados de nuevo por cualquier desagüe, tras el nauseabundo trámite de la trituradora. Ni siquiera un puñado de tierra, una oración y una flor silvestre. Lo mínimo. Nada. Más tienen los perros cuando mueren que estas criaturas diminutas a las que no se les ha dado ni la oportunidad de decir a sus padres -como ese bello grito adolescente de libertad- que sus vidas no les pertenecen. Por eso los miran desde arriba ahora, con la pena de no haber merecido ni un poquito de su amor, por llegar en mala hora, en plena crisis económica, por no avisar o por llegar enfermos después del viaje de la eternidad a la vida. Y en la eternidad reposan, donde sí los aceptan con sus taras, con sus imprevisiones, con su divertido defecto de la falta de puntualidad. Desde allí miran y contemplan y tratan de entender lo que nadie puede explicar. Sus vidas no han sido abortadas, ni interrumpidas, sino liquidadas. Y sus cuerpos, yacen abandonados en la peor cuneta, la del desagüe o la del contenedor de deshechos humanos.

No es necesaria ni una fe, ni un catecismo, para comprender la barbarie del asesinato y oponerse a esta miseria. Es verdad que hay gente muy intoxicada ya, por culpa de este siglo tan mediático y tan enfermo de relativismo, gente que ha perdido toda conciencia natural, que ya no logra distinguir lo humano de lo inhumano. Pero tú, que aún te estremeces viendo las imágenes de los desagües humanos de las clínicas abortistas, que aún tiemblas al contemplar la cara desencajada de la joven viuda de un guardia civil, que aún crees en algo más que en la violencia, el egoísmo y el odio… ¿Qué haces para evitarlo? Créeme que te lo preguntarán serenos e ilusionados cada día de tu vida, mirándote desde su ausencia con esos ojos enormes y alegres que ni las bombas, ni los disparos, ni los venenos, ni los punzones han logrado entristecer ni entornar. Porque desde su retiro, en ese mas allá tan presente, sólo resbala alguna lágrima por sus caras cuando ven que tú –que eres de los suyos- les traicionas con tu silencio.

http://www.elconfidencialdigital.com/Articulo.aspx?IdObjeto=16272

Insuperable: son y siempre serán los Estados Unidos de América

Ha sido todo un espectáculo el despliegue tecnológico en torno a las elecciones de los Estados Unidos. Internet ha mostrado su mejor cara para administrar y ofrecer de forma ordenada todos los datos y noticias que han ido brotando desde la campaña. En los principales medios americanos el despliegue tecnológico fue asombroso y los multimedia preparados para la ocasión fueron de auténtico lujo.

 

Podemos sacar muchas buenas conclusiones de estas elecciones. Ninguna de tipo racial, a mi juicio. Hablar de triunfos raciales es admitir y propagar al racismo. A la raza hay que obviarla siempre. Lo que hay, lo que importan, son las personas, no las razas. Pese a que la gran parte de los medios de comunicación españoles incidan hoy en practicar el racismo, pretendiendo precisamente erradicarlo. O eso se supone.

 

Una de las mejores lecciones que podemos extraer de las elecciones de hoy es precisamente ese despliegue tecnológico. Esa cobertura espectacular, en la que –es justo decirlo- tampoco se quedaron atrás los medios españoles. Pasar por la web de la CNN o por la FOX ayer era toda una clase de diseño, de proyección, de comunicación digital, moderna y multimedia. Una gozada para los aficionados al periodismo.

 

La otra lección de las elecciones norteamericanas parece más evidente, pero no menos importante. De hecho es más importante. Tanto el nuevo presidente, Obama, como el candidato perdedor, McCain, ofrecieron discursos de altísima categoría. Elegantes, emocionantes y prometedores. Hemos de suponer que en el futuro la realidad no será tan bonita, y saltarán ciertas diferencias. Pero de momento, el mensaje de Obama resume a la perfección la lección que deberíamos aprender en España, si nuestra repugnante clase política no nos lo impidiese una y otra vez.

 

Obama dijo que había entendido bien el mensaje que los norteamericanos han enviado “a todo el mundo” con sus votos: “Que no somos una colección de estados rojos (republicanos) o azules (demócratas). Somos y siempre seremos los EEUU de América".

 

Inmenso. Enorme. No sé si a partir de mañana se dará a la delincuencia, a la corrupción, a la extorsión, a la división, a potenciar el odio o a atacar las libertades individuales (esto último, si cabe, mucho más improbable que todo lo anterior), o si tal vez será un gran presidente. No lo sé, ni creo que nadie pueda saberlo hoy. La verdad es que se sabe muy poco sobre qué es realmente Obama. Tal vez por eso ha ganado. Pero aunque no sepamos lo que va a ser su futuro, hoy hay que reconocer que su primera declaración de intenciones es sobresaliente. La escribo de nuevo, porque aparte de acertada, fina y elocuente, puede también resultar una frase histórica: “No somos una colección de estados rojos o azules. Somos y siempre seremos los Estados Unidos de América".

 

Nada de escuchar: ¡pensar!

Dice el periodista Manuel Campo Vidal, en El Imparcial, que "el gran reto de los periodistas es escuchar". Desconozco cuál será el gran reto de los periodistas en otras latitudes del mundo. Sin embargo, no me cabe ninguna duda de que aquí, en España, el "gran reto" de los periodistas es pensar. Pensar por cuenta propia, por sí mismos.

Escuchar, para un periodista, es facilísimo y no garantiza, en ningún caso, decir la verdad, cuando se trata de plasmar lo que uno ha escuchado. Pensar. Esa es la gran receta. Sobre todo ahora que cada vez se pretende acabar con esa tarea fundamental de "enseñar a pensar" en en las escuelas y facultades, ahora que ¡quieren matar la filosofía! El reto es pensar, sin duda. ¿Escuchar y contar? Claro que no: los periodistas tienen que pensar por sí mismos, ser buenos críticos. Lo otro son loros, no periodistas.

Otras fotos del coloquio

Me han enviado otras fotos del coloquio-presentación de mi libro Un ministro en mi nevera del pasasdo viernes. Aquí estan las fotos anteriores y la crónica. También en el blog de Fernando Hernández podéis leer su visión sobre la presentación.

Fotos y crónica del coloquio

Aquí dejo unas fotografías que me han enviado del coloquio-presentación de Un ministro en mi nevera que celebramos el pasado viernes 17 de octubre en Madrid. Me acompañaron generosamente para presentar este libro: José A. Fúster (director de la tristemente desaparecida revista Chesterton), Carmelo Jordá (Redactor Jefe de Libertad Digital), Juan A. Tirado (director de City Fm Radio), Juan Herrero (columnista de popes80.com) y Fernando Hernández (Jefe de Redacción de El Confidencial Digital). Aprovecho la ocasión para darles las gracias a todos ellos por su generoso respaldo al libro y también para agradecer su presencia a todos los asistentes al acto de presentación.

Carmelo, Juan Antonio, Itxu y Fernando

José Antonio, Carmelo, Juan Antonio, Itxu, Juan y Fernando

José Antonio Fúster y Carmelo Jordá

Juan Antonio Tirado e Itxu Díaz

Otro instante de la presentación

Juan Herrero

Itxu Díaz

Una crónica de la presentación:

El libro Un ministro en mi nevera (manual para sobrevivir a gobiernos omnipresentes) se presentó el pasado viernes con un coloquio de periodistas

El autor, Itxu Díaz, estuvo acompañado por Juan A. Tirado (City FM), José A. Fúster (Revista Chesterton), Fernando Hernández (El Confidencial Digital), Juan Herrero (Popes80.com) y Carmelo Jordá (Libertad Digital) 

El pasado viernes 17 se celebró en Madrid, en la sala La Botellita, la presentación del libro ¡Un ministro en mi nevera!, del periodista digital coruñés Itxu Díaz. El acto consistió en una tertulia radiofónica emitida por City FM Radio en la que se trataron numerosas cuestiones de actualidad y en la que varios periodistas analizaron el contenido de este nuevo libro de política y humor.

Carmelo Jordá, Redactor Jefe de Libertad Digital, destacó que se trata de un libro “agudo, divertido y netamente liberal que hace un análisis muy acertado de la sociedad española”. El periodista hizo hincapié en “el sentido del humor con el que está escrito y que resulta una ayuda excelente para tragarse un análisis que en conjunto es un tanto deprimente o, si se quiere, acertadamente ajustado a la realidad de nuestro país, que no es que invite demasiado al optimismo”.

El periodista y director de la recientemente desaparecida Revista Chésterton José A. Fúster, explicó que la lectura de la obra le trajo a la memoria las batallas, aventuras y actitudes literarias de Mariano José de Larra y explicó que se trata de un texto “inteligente, entretenido y satírico”. También puso de manifiesto que Itxu Díaz se descubre en el libro como alguien que dibuja un panorama político pesimista, para después lanzar “un mensaje optimista”. “Itxu tiene la actitud de un luchador”, afirmó Fúster.

Fernando Hernández, Jefe de Redacción de El Confidencial Digital recomendó la lectura de ¡Un ministro en mi nevera! por “su sentido del humor” y por los planteamientos de fondo que pueden extraerse de sus páginas. También valoró positivamente el capítulo dedicado a la defensa “de la libertad e independencia” que Internet permite a los nuevos medios de comunicación.

Por su parte, Juan Herrero, columnista de Popes80.com, explicó que la ironía y el surrealismo que se esconde en el sentido del humor del nuevo libro de Itxu Díaz le había “recordado a los mejores años de humoristas como Chumy Chumez, Tip y Coll o Alfonso Ussia”. Juan Herrero recomendó la lectura de este libro “para reírse y para reflexionar”.
 

EL COLOQUIO SOBRE ACTUALIDAD
En el coloquio, que estuvo moderado por Juan A. Tirado, director de City FM Radio, se trataron diversas cuestiones de actualidad, vinculadas con los contenidos del libro. Una de las noticias comentadas por los participantes en el coloquio fue la polémica de los Inspectores Municipales que vigilarán la basura de los madrileños para confirmar que reciclan correctamente sus residuos. Tras criticar, todos los presentes, el intervencionismo “llevado al absurdo”, el coloquio viajó hasta la educación. En este aspecto, Fúster se mostró especialmente contrario a la intervención del estado en materia educativa: “Si el Estado se mete en la educación en valores de mi hijo me voy del país… ¡y con mi basura!”. 

La prensa digital y la posible desaparición de la prensa de papel también ocuparon buena parte del debate. En este aspecto, Carmelo Jordá de Libertad Digital vaticinó “la desaparición del papel”, mientras que Fúster aseguró que “la prensa digital y el papel” convivirán ocupando cada una su lugar. Itxu Díaz por su parte quiso destacar la independencia del nuevo periodismo: “los medios digitales no tienen tantas deudas, favores pendientes, presiones y compromisos como los convencionales (…) al no pertenecer a gigantescos grupos empresariales pueden ser más libres”.

En cuanto al nivel de la clase política actual, Juan Herrero quiso destacar “el poco o escaso curriculum de nuestros políticos, que su única carrera profesional es provenir de sedes y que no conocen la realidad social por no haber trabajado antes en la empresa privada”. Fernando Hernández, por su parte, quiso destacar el vínculo constante entre los medios y la clase política, recordando que “los políticos, lo primero que hacen al levantarse todos los días, es leer todos los periódicos”.

Por último Itxu Díaz recordó que es un libro “escrito para los ciudadanos, para la gente normal de la calle” y agradeció a los invitados y a todos los presentes su respaldo a la presentación. Consideró que la lectura de ¡Un ministro en mi nevera! es “una forma de acercarse a la grave situación política de España desde un punto de vista desenfadado y divertido” porque “con el humor todo se ve mejor”.

En el blog de Carmelo Jordá:

http://carmelojorda.blogspot.com/2008/10/presentando-un-ministro-en-mi-nevera.html

El coñazo del desfile

Mariano Rajoy parece haber tenido un gesto de solidaridad con la presentación de mi libro sobre la clase política española, dejándose abierto hoy un micrófono y soltando un exabrupto genial, que resume tan a la perfección la idea de fondo de "Un ministro en mi nevera" que casi puede considerarse parte de la campaña promocional del lanzamiento del libro.

 

Ha sido en La Coruña, al terminar un acto –otro coñazo, supongo-, cuando le ha comentado distendidamente a Javier Arenas: “Mañana tengo el coñazo del desfile, un plan apasionante”. Repetimos: “Mañana tengo el coñazo del desfile, un plan apasionante”. El desfile, lógicamente, es el del 12-O, el de la Fiesta Nacional. Y Mariano está que no duerme pensando en lo aburrido que va a ser contemplar a nuestros militares darse el garbeo de gala. Welcome to Spain. Un comentario así sólo puede escucharse en boca de un político español. Si ese micrófono abierto se lo hubiera dejado un político francés, alemán o americano, ya habría dimitido de su cargo.

 

Pero lo cierto es que no sería justo hacer ahora análisis más profundos sobre las cosas en las que realmente cree Rajoy y las cosas en las que no cree. Tengo mi teoría sobre ello, pero no es el momento. Lo único que me gustaría destacar de este magnífico resbalón del líder del Partido Popular es que se comprueba una vez más que esta clase política que sufrimos en España sólo se vuelve interesante, e incluso divertida, cuando se deja un micrófono abierto. Ahí estuvo Bono en su momento para reconocer que Blair “es un gilipollas integral”, o Zapatero para confiarle a Iñaki Gabilondo que lo que el PSOE necesitaba para ganar las elecciones era tensión en la calle y dramatismo en los mítines. Es una pena no hacer un gran hermano con políticos, porque sería infinitamente más interesante y divertido que las caras de cartón que vemos a diario en las comparecencias oficiales. Y, sobre todo, votaríamos con conocimiento de causa. No a ciegas, como ahora.

 

Volviendo al coñazo del desfile de Rajoy y a la vinculación directa o indirecta con mi libro, bien pensado, es una lástima que ese micrófono se haya quedado abierto ahora y no hace un año, porque “Mañana tengo el coñazo del desfile” habría sido un título magnífico para “Un ministro en mi nevera”.

Tres vídeos que anuncian la presentación de mi libro

A continuación tres vídeos que anuncian la presentación de mi libro  (17 de octubre, Madrid. Sala La Botellita (c/Serrano, 63). 20:30 horas. Más info: www.itxudiaz.com). Los vídeos están basados en fragmentos de ¡Un ministro en mi nevera!

 

Un premio a La Gaceta de los Negocios

No hace mucho publiqué aquí un análisis sobre la nueva Gaceta de Los Negocios. En el texto, que se puede leer aquí, defiendo que el actual diario económico-generalista es una buen ejemplo de "periodismo moderno". Tanto en su diseño como en su contenido, y su original distribución.

Por todo esto y por lo detallado en el mencionado artículo publicado en este blog, me alegro de que La Gaceta de los Negocios haya recibido el premio ÑH5, "por el mejor diseño de España en 2008. Se trata del concurso ÑH5 "Lo Mejor del Diseño Periodístico España & Portugal 2008". La Gaceta ha sido galardonada por ser el mejor diseñado en España en la categoría de 20.000 a 80.000 ejemplares y ha obtenido una mención al rediseño de 2008. (Puede ver la noticia aquí en La Gaceta)

Es sin duda una gran noticia que se premie el buen trabajo. El periodismo avanza gracias a apuestas arriesgadas como la que ha llevado a cabo La Gaceta de Los Negocios en los últimos años. Salgan bien o mal. Y con independencia del resultado empresarial de la operación, el periodismo ha ganado con este nuevo concepto de diario al que muchos mirarán de reojo en los próximos años.

Un vídeo imprescindible

El Confidencial Digital dedica su hoy "vídeo del día" a un drama que hay conocer antes de formarse una opinión. Un vídeo duro y crudo, pero no más duro ni más crudo que la realidad que trata de mostrar. Imprescindible. Puedes verlo en este enlace:

http://www.elconfidencialdigital.com/Video.aspx?IdObjeto=324 

No lo encontrarás en ninguna de las grandes televisiones en España. ¿Por qué?

Entre comillas: "¿Malos tiempos?"

Transcripción del comentario del 19/09/08, en la sección "Entre Comillas", que hago cada viernes en Popes80 FM:

Durante mucho tiempo hemos evitado en lo posible la palabra “crisis” para referirnos a la situación de la música española, por respeto a todos esos genios creadores que no están atravesando ningún mal momento. La crisis, es cosa de la industria, no tanto de los artistas, que durante varios años han recibido el aliento de la salud del mercado de conciertos en nuestro país. Pero este año las cosas han cambiado y no podemos ocultar la realidad.

Crisis es la palabra que está en boca de todos, al menos desde la vuelta de vacaciones. Ahora que ya nadie lo discute la crisis económica entra cada día más a fondo en la vida de muchísimos españoles. Malos resultados, pocas inversiones, poco gasto, dificultades y miedos… Crisis, en fin. Y crisis es también lo que hay en estos momentos en el mundo de la música española: ya ni las canciones bonitas pueden salvar la situación de cientos de artistas y grupos que llevan años en la cuerda floja, manteniéndose a duras penas en la delgada línea roja que separa a quienes pueden vivir o malvivir de la música y los que no. Desde ahora serán mucho los que no puedan.

En los últimos meses se ha producido un enorme descenso en venta de entradas, primero, y –lógicamente- después de contrataciones. Mil veces hemos dicho que el ocio, el cine, la música… son las primeras cosas de las que prescinde quien atraviesa dificultades económicas. Y eso se está notando ya en las salas de conciertos y, por supuesto en la venta de discos. Que caerá hasta el infinito mientras dure esta crisis.

Muchos serán los artistas que a lo largo de este año tendrán que abandonar definitivamente su dedicación musical, o bien compaginarla con otras actividades para poder salir adelante. Incluso los grandes grupos han comenzado a sufrir restricciones y se rumorean movimientos dentro de algunas de las más grandes compañías. Algunos artistas, como Pau Donés, han preferido no esperar a que la bomba explote, despedirse de su multinacional y irse en solitario a la guerra. Ya ha anunciado sus ediciones por Internet, autogestión del cien por cien de su actividad musical, etc… Sólo los más inteligentes, los más rápidos y los más afortunados podrán salvarse de la quema.

Por otra parte, no sólo los artistas, sino millones de personas en todo el mundo y, muy especialmente en España, atraviesan malos tiempos y los atravesarán peores. Cuando la cabeza está fría y sin ideas, el ambiente gris, la suerte de espaldas, y el futuro negro, la música, esas grandes canciones que todos sabemos, también hacen papel importante para consolarnos y hacernos un poco más llevadero el camino.

Nosotros, si Dios quiere, seguiremos aquí, intentando por todos los medios que el corazón de la música española siga latiendo y apoyando de manera especial a todos aquellos grupos que sabemos que pasarán dificultades profesionales y personales en los próximos meses si su música no se vende y si sus conciertos no se llenan. Nos tendrán, como siempre, de su lado. Aquí, en Popes80FM y en Popes80.com

Presentación

La presentación de "Un ministro en mi nevera" será finalmente el viernes 17 de octubre a las 20:30. Toda la información en www.itxudiaz.com

Dos relámpagos de agosto

Dos relámpagos de agosto

 

Las tres ces


Crisis. Comunicación. Continuidad. Son tres ces tontas porque no enseñan nada y porque su relación es más conveniencia del firmante que vínculo demostrable. Pero tres ces, al fin, que así formulo: la Crisis también se deja ver en el mundo de la Comunicación. La Continuidad es la fórmula por la que están obtando los principales espacios radiofónicos, televisivos y mediáticos de todo tipo. Se anuncian grandes novedades para ofrecer en septiembre más o menos lo mismo que en junio.

Las tertulias de todas las radios tienen el mismo color, y la ilusión y las ganas de comenzar una nueva temporada, y hacer que sea la mejor del mundo, sólo se da en algunos medios muy excepcionales.

La Crisis también afecta a la Comunicación. Y la Continuidad -reduciendo costes- es la solución... de los más aburridos y de los más cobardes.

Septiembre o se empieza renovando y con ilusiones o no se empieza.

Texto de verano

Uno de los artículos que publiqué este verano en El Confidencial Digital.

"El tránsito" (13/08/08)

Me doy cuenta de la violenta realidad del paso del tiempo cada año por estas fechas. La costa está donde siempre y huele a lo de siempre. El aire es cálido, el amanecer sigue siendo rosado y en las noches la humedad refresca las huertas y hace que el pueblo huela a vida. Todo eso no cambia nunca. Como tampoco muere el goteo de la manecilla del tiempo. Pero nosotros sí. En el mismo escenario vamos dejando atrás momentos, imágenes e historias que nunca podremos repetir. El agua del mar luce igual que siempre, la resaca traza el mismo zigzag en la arena, y dos jóvenes enamorados pasean por la orilla agarrados de la mano. Pero no son ellos. O más bien ya no somos nosotros. No, al menos, los de siempre. Los que fuimos. Otros, quizá.

No quiero resultar demasiado lúgubre, pero el árbol se va muriendo poco a poco, desde joven. Noto hoy la obstinación insolente de cada segundo al reencontrarme con los de siempre, con los amigos, con los de aquí. Lo percibo precisamente en ellos, en sus miradas, en los gestos de los que lo saben todo de ti. Han perdido arrojo y han ganado poso. Ya no persiguen a la hermosa Marta, que tenía unos ojos enormes y una sonrisa de pasarela. Ahora matarían por encontrar una Mónica, fiel y generosa, que no siempre aparece. No queda casi ninguna de aquellas quimeras frívolas y poco o nada de esas otras fantochadas de juventud. Sólo permanecen aquellas verdades que pusimos sobre la mesa una noche cualquiera a corazón abierto. Decae el músculo de la juventud más temprana, con pausa y quietud. Sí, es mejor vivir ahora, pisando el suelo, y cosechando ya los primeros frutos de tímidos aciertos, después de años de sufrir las consecuencias de los inevitables traspiés. Pero alguna tarde de verano como la de ayer se echa en falta ese lienzo en blanco. La inocencia y la frescura, al fin.

Sopla leve el aire en esta histórica roca. El mar está recubierto de estío. Aparente, pero receloso. El cantábrico siempre tiene la honradez de acompañarte en el sentimiento. Te devuelve semblantes, canciones y aromas que ya no se fabrican, y te envuelve en sueños de futuro, incluso en las tardes donde reina la nostalgia de otro tiempo.

La melancolía, como estado pasajero, no es algo tan malo. Creemos que tristeza y alegría son polos opuestos, y cada verano, en tardes así, se demuestra que eso es una reducción superflua. La ironía de nuestro tiempo es que vivimos tan bien y tan rápido que ni siquiera encontramos un hueco para el desconsuelo. Por eso la ruina del siglo XXI es la venganza de la tristeza. La pena es humana y hay que ventilarla de vez en cuando. Pero eso es inconciliable con una vida permanente en la superficie. Es necesario airear el sentimiento para que no se desborde de pronto el vaso de la tristeza. Además, la añoranza es un estado del corazón que no es incompatible con ese optimismo vital más racional, tan necesario. Marginar los sentimientos de desánimo puede llegar a deshumanizarnos. La melancolía, esporádica y serena, afina nuestro corazón y nos reconcilia con los recuerdos más felices del pasado. La tristeza es un bien, aunque su sabor sea un trago amargo. Es un gin-tonic áspero en la orilla de una playa repleta de luz, sonrisas y belleza. No seríamos capaces de apreciar tanta dulzura sin ese contrapunto amargo.

Como en el patíbulo, a pocos metros de la noche, cae ahora el manto sereno de presencias en blanco y negro, como si ya no hubiera nada que hacer por salvar el día. Atardeceres así nos llevan a echar de menos a los que se han tenido que ir, sin dejar por ello de dar gracias a Dios por los que todavía están aquí y por lo que se han subido al tren hace poco tiempo. El viaje será largo pero veloz, tal y como el que ya cargamos a nuestras espaldas.

Siempre termina así. Con el sol atrincherado tras el horizonte, sopla frío y te despiertas del viaje. Al reincorporarte ya no ves los rostros ausentes, sino las posibilidades de un futuro anaranjado por un ocaso tan real e intenso como esperanzador. Incluso ese sol poderoso y abrasador que ha tostado el mundo durante todo el día se arrodilla y se va, ya sin fuerzas, por detrás del mar. También el sol está sometido a la voluntad de quien un día quiso ponernos aquí. Entonces todo va bien. Y todo puede ir mejor.

La noche estará fresca y será más bonita que ayer. Al volver a casa los jardines, llenos de sus flores noctívagas, levantarán un bullicio radiante que nos recordará que es falso que el lienzo esté ya pintado. En realidad, el lienzo siempre está en blanco, hasta el último suspiro de este tránsito.

Itxu Díaz es periodista digital y director de Popes80.com

Septiembre

1 de septiembre y ya de vuelta. He estado el mes de agosto de vacaciones y sin pasearme por este rincón, tal y como había previsto.

Por supuesto, vuelvo a partir de hoy a comentar... de todo. Hay novedades también en www.itxudiaz.com, con alguna nueva información y alguna nueva entrevista y reseña sobre "¡Un ministro en mi nevera!".

Si me acuerdo, subiré algunas fotos del verano en los próximos días.

Hasta ahora.

Entrevista en La Estrella Polar

Entrevista en el programa "La Estrella Polar" de la Cadena COPE. La entrevista realizada ayer, con motivo del lanzamiento de "¡Un ministro en mi nevera!", ya puede escucharse aquí.

Libro de humor y crítica política

Libro de humor y crítica política

Mi libro "Un ministro en mi nevera" cuenta desde ahora con un punto de venta directa en Madrid -además de www.popes80.com-. Se trata de la librería Castellana 45, situada en el Po. de la Castellana, nº 45. www.libreriacastellana45.es, donde está disponible desde la pasada semana.

A la vuelta del verano contaré por aquí más información sobre la presentación.

 

La nueva Gaceta de los Negocios: un periodismo moderno

La nueva Gaceta de los Negocios: un periodismo moderno

Una de las razones por las que no me aburre el mundo del periodismo es por su condición informe y cambiante. Que la actualidad sea la materia prima de esta producción provoca su constante mutación. El periódico de mañana es una losa sobre el presente. Ese nervio y esa presión hacen que la prensa escrita convencional sufra las propias consecuencias de su razón de ser. Por eso muchas veces son noticia lo propios medios.

 

Recientemente ha sido noticia –dentro de la noticia- La Gaceta de los Negocios, tras convertirse en un nuevo periódico, con muchas variaciones con respecto a su versión anterior, y con notables diferencias con el resto de los medios impresos que abarrotan cada día nuestros quioscos. Me gustaría dedicar en fechas próximas algunos artículos en este blog a analizar algunas de las novedades y cambios más importantes de esta nueva Gaceta. La frase puede tomarse como una declaración de buenas intenciones, muy previsible en el día en que hemos comenzado las vacaciones de Popes80.com. Espero poder continuar el análisis dentro de algunos días. De todas formas, expondré a continuación una amplia parte del mismo.

 

La razón de mi interés en el cambio de La Gaceta no es otra que mi propia experiencia positiva. Presté atención a la anunciada salida de la nueva versión del periódico hace algunos meses y desde entonces leo frecuentemente La Gaceta de los Negocios, con una intensidad, atención y curiosidad que no alcanzo en ningún otro medio, excluyendo la televisión durante retransmisiones deportivas. Incluso en medios más afines, o cuya información me pudiera parecer más interesante, no alcanzo el nivel de profundidad e interés que logro en La Gaceta. Después de algunos meses creo haber dado con las claves de este magnetismo hacia el periódico que dirige ahora José María García Hoz.

 

Lo primero que han hecho –y lo han hecho muy bien- es fabricar un diseño moderno, claro y cómodo. Supongo que la apuesta por hacer un periódico en color al completo es una de las causas de haber subido hasta los 1,50 € su precio. Sin embargo, probablemente haya merecido la pena, aunque como consumidores un precio superior a la media siempre nos parecerá excesivo. Pero el diseño es la primera de las claves de la actual Gaceta. Ni El Mundo, ni el reformado El País, ni la agradable maquetación de La Razón, ni ninguno de los diarios económicos existentes pueden igualar en este aspecto -nunca mejor dicho- a la nueva Gaceta de los Negocios. Incluso ese magnífico detalle de que las "páginas salmón" no sean íntegramente "salmón" -¡qué difícil es describir esta tontería y qué facil verla con el periódico en las manos!-, sino que sean blancas pero con un amplio recuadro de fondo rosado, me parece un oportuno acierto.

 

La segunda clave ha sido muy comentada en ámbitos periodísticos: el giro suave pero firme de La Gaceta, desde el diario económico que era ayer hasta el diario generalista que es hoy. El secreto no está en que los lectores de prensa económica seguirán encontrando, más o menos, la misma información que antes. No. La clave está en que los que no compramos habitualmente prensa económica podemos leer un buen periódico generalista, sin necesidad de sumergirnos en el mundo de las finanzas obligatoriamente. Además, la propia parte económica del diario es ahora mucho más inteligible que la de otros periódicos. Y la razón de esto es la clave número 3.

 

La tercera clave de la nueva Gaceta está en convertirse en uno de los primeros periódicos en comprender que el periodismo convencional de la era Internet ha de adaptarse a los nuevos tiempos. Esto no es un deseo, una frase bonita, o una opción, sino una obligación. Una condición obligatoria para los que quieran sobrevivir en los próximos años. Ya no es tan importante recoger la última hora en los medios impresos, porque siempre Internet ganará esa batalla. Sin embargo, sí hay un amplio recorrido para mejorar en la profundidad de las informaciones y en la posibilidad de ofrecer una forma diferente de dar las noticias. En ese aspecto, La Gaceta presume de tratar de explicar por qué suceden los acontecimientos que son noticia cada día, e incluso presume también de facilitar claves para comprender lo que pasará con ellos en el futuro. Me parece que éste es uno de los grandes retos de la prensa impresa convencional del siglo XXI. Y es también la causa de que en La Gaceta uno pueda leerse todo el periódico, de principio a fin. Incluso aquellas noticias que quizá en otros medios pasaríamos por alto, porque nos interesan menos o porque no las comprendemos lo suficiente, en La Gaceta uno sí puede leerse. Allí puede leer gustosamente noticias económicas, deportivas, artísticas o científicas, porque están explicadas de una forma asequible, sin renunciar al rigor o a la calidad. Se explica el por qué de las cosas, no sólo el clásico qué, quién, cómo, cuándo. Para manifestar con claridad este cambio desde lo más pequeños detalles, los responsables de La Gaceta incluso se han atrevido cambiar las habituales, obsoletas y aburridas secciones que mantienen casi todos los medios -nacional, economía, cultura...- por el original formato "Historias / Claves / Tendencias".

 

La cuarta –y última que trataré hoy- clave de mi admiración por la nueva Gaceta pasa por una línea editorial flexible pero asumible. Es más que probable que yo no esté de acuerdo con muchos de los planteamientos que el periódico vierte en sus informaciones, en sus columnas o en sus editoriales. Eso es normal y sucede en todos los medios. Sin embargo, la actual Gaceta de los Negocios respeta un ideario común que fácilmente podría asumir un alto porcentaje de los lectores de diverso espectro ideológico. Se trata de aspectos políticos y sociales comunes a casi todos, como la libertad, el respeto por la democracia, la defensa de la vida, el apoyo a lo español, o el cuidado del medio ambiente. Como digo, dentro de estas pautas, uno puede después no estar de acuerdo con lo que se dice, pero La Gaceta permite ese margen que el lector de periódico siempre agradece, incluso cuando discrepa abiertamente con ciertas interpretaciones o informaciones, como a mí me sucede con mucha frecuencia.

 

No he podido informarme aún de cómo está siendo la repercusión en ventas de esta nueva etapa del periódico. Me dicen que no está marchando todo lo bien que podría esperarse. Es posible que el público español necesite un tiempo para asimilar este tipo de cambios. Es posible también que a los lectores les cueste asumir que deben pagar 1,50 € por un periódico que es generalmente mucho más delgado que los otros. Sin embargo, el error está ahí, en quien se queda en el aspecto. En el interior se puede comprobar que, al contrario que en otros periódicos, casi no existen páginas de trámite en La Gaceta. Todo se lee. En todo caso, habrá tiempo de hablar de todo esto cuando confirme con datos cuál está siendo el impacto de este renovado periódico económico, muy oportunamente reconvertido a semi-generalista.

 

Estoy convencido de que actualmente podrá haber periódicos mejores o peores que La Gaceta de los Negocios, y que el diario de García-Hoz tendrá mil y un aspectos mejorables, pero dudo mucho que haya en España algun diario más moderno, en términos puramente periodísticos. Si quienes ahora comandan la nave del periódico aguantan el tirón, el tiempo les dará la razón. E incluso aunque no aguanten, también se la dará, porque tarde o temprano los principales periódicos nacionales tendrán que salir de la Edad de Piedra en la que viven desde hace años. Pero esa es otra historia.

¿Implicación o imparcialidad en el periodismo? ¡Implicación!

Cada vez estoy más seguro de que la clave para lograr un reportaje periodístico de éxito –una historia de éxito, dicen por ahí- es implicarse en la historia del protagonista. No coincido con los que creen que la mayor virtud del periodista es saber mantenerse al margen de lo que sucede, y contar la realidad sin posicionarse. Desconfío –he hablado de esto en “Un ministro en mi nevera”- de los que dicen que practican un periodismo totalmente imparcial. Prefiero leer a quienes presumen de implicarse al máximo en las "historias" que redactan e investigan.

 

Porque la clave está ahí, en implicarse. En introducirse en el personaje. En el protagonista o protagonistas. Sea para despreciarlo, si se trata de un asesino, o sea para aplaudirle, si se trata de un héroe. Al implicarse en la historia que uno está contando, se sienten mejor los matices. Al entrar al fondo, uno vive experiencias cercanas a lo que cuenta, y puede ofrecer una visión más profesional, más completa. Una visión que será mucho más aceptable, también desde un punto de vista moral. Porque desde la distancia y el desinterés sólo se transmite al lector eso mismo: distancia e desinterés. Desde el entusiasmo, sin embargo, se transmite entusiasmo. Un periodista que no entusiasme a sus lectores -incluso cuando la noticia no tenga ningún interés para la mayoría- es un hombre profesionalmente muerto.

 

En el arte de la entrevista, por ejemplo, la implicación en el personaje es casi todo. El entrevistador es un buscador de oro sumergido en el río que recorre el corazón y la cabeza del entrevistado. El entrevistado suele tener oro, aunque no siempre esté a la vista, y no siempre sabe mostrarlo. El entrevistado, además, no siempre es buen orador.Encontrar el oro o no es éxito o fracaso del periodista. Los buenos periodistas encuentran ese oro, los juntaletras se lo inventan.

 

Por todas estas viejas reglas aún hay quien se empeña en recordar que el periodismo es una vocación. Hay que servir y hay que admirar la búsqueda de la verdad, la investigación, el trabajo y la literatura. Es, en fin, una vocación rara y una profesión sorprendente, a la que casi ninguna se llega a propósito.