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Blog Personal de Itxu Díaz

Peluqueros, taxistas y otras situaciones

Son varias las ocasiones en que el ser humano se enfrenta ante el reto de mantener una conversación por el mero hecho de evitar el silencio. No están claras las motivaciones de estas situaciones, a veces divertidas y otras embarazosas.

El taxi, la peluquería, el ascensor y hasta la terrible sala de espera del dentista son escenarios habituales de esta práctica. De todas las conocidas, las dos primeras situaciones citadas son quizá las más extendidas.

Ayer volví a ser testigo. El peluquero sabe de todo. En el cómputo de ocho horas pegando golpes de tijera, por sus manos han pasado obreros, telefonistas, deportistas, ejecutivos, abogados... jóvenes y ancianos, españoles y extranjeros... Y a todos ellos ha sabido dar oportuna conversación y airado debate.

Primero el fútbol, después la política, después los dudosos avances de la ciencia de revistas sensacionalistas -en las que son unos verdaderos expertos-, más tarde los tópicos sociales -los tiempos cambian, la educación, Internet y las Nuevas Tecnologías, los tiempos de guerra, las batallitas, cuando yo era pequeño y todas esas cosas...-, etc...

Al margen de los temas genéricos y facilones, en no pocas ocasiones el peluquero tiene que sobrevivir a la exposición entusiasta de las últimas piruetas profesionales de técnicos en montaje de cilindros para soportes válidos para el entorno de fabricación de armamento nuclear, eruditos conocedores de los secretos de literatura china sobre artes marciales, expertos en combustible para tractores de cultivo de cerezas y genios del estudio del desarollo de glándulas salivares de las primeras tribus africanas capaces de separar todos los dedos de los piés durante el ejercicio de la caza.

En todas estas situaciones se da la bautizada por algunos expertos como "innata sabiduría del profesional del corte de pelo": el peluquero atiende concentrado las explicaciones, asiente y da la razón al cliente -siempre- y finalmente, ¡oh Dios mío!, ¡ofrece su punto de vista!. Verdaderamente admirable.

- Son 15 euros, suerte con esas glándulas, Señor Gutiérrez
- Gracias, ya le contaré, ya...

¿No resulta admirable? Y, ¿qué me dicen del taxista?

De los varios peluqueros que a lo largo de mi vida he frecuentado, sólo he conocido uno capaz de llevar las conversaciones a su terreno con insultante maestría. Sólo él es capaz de llevar la contraria al cliente abiertamente, llegando hasta el enfado en caso de elevación de la temperatura de la discusión. A él le puede la sinceridad, gran virtud, a la hora de verse como lo que es, un peluquero que le corta el pelo a un cliente. Dicho esto, considera que una vez cortado el pelo, dar o no la razón al cliente sobre si los mayas sabían levantar la ceja derecha sin mover la izquierda, es cosa suya y de su criterio científico, pero nunca una obligación.

Y así es que él, es el único peluquero capaz despedirse así de un cliente cualquiera:

- Lea un poco más sobre el tema, Señor Julián, porque sobre las técnicas de caza de los miembros de la tribu Pia-Pia no tiene usted ni puta idea.

Y el Señor Julián paga y se va feliz, consciente de haberse librado esta vez del círculo de interpretaciones casi cinematográfica a las que nos someten algunos profesionales una y otra vez, en su empeño por quedar bien y no contrariar al cliente.

Este mismo peluquero, es también capaz de cortar el pelo en silencio. De él salió también la frase soñada por muchos clientes de peluquería:

Se sentaba en la silla del barbero un señor mayor que, tras indicar cómo quería el corte, comenzó a lanzar temas de conversación al citadísimo peluquero. Éste, cansado de todo el día de trabajo y harto de discutir con el anterior cliente sobre algún complejo tema de la ciencia moderna le espetó sin dudarlo: "Señor Pérez, que no le parezca mal si no le hablo hoy pero es que me han puesto de mala leche y prefiero cortarle el pelo en silencio, por cierto, ¿sabe usted la de gente que sueña con cortarse el pelo en silencio?"

Sencillamente magnífico.

1 comentario

cretina -

jaja
magnífico; magnificas las verdades contadas así, desde la verdad !
estos guardianes del ruido medido tienen ganado parte del cielo !