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Blog Personal de Itxu Díaz

Ruido

Ya sé que roza la obviedad, pero tan sólo diez días en la ciudad (y esto es una pequeña ciudad) y lo que más echo de menos del pueblo es el silencio. El ruido de los coches, el de los miles de obreros que continúan abriendo zanjas irracional y compulsivamente -rollo Gallardón trasladado a la costa- por las calles menos esperadas, el ruido de ese acento incontrolado -lo hay pausado, elegante y melódico que a muchos forasteros (que aquí nadie lo es...) parece tierno y lo hay penetrante, burdo y molesto- de lo que no dominan el sentido de conversación privado... Ruido de máquinas, ruido de oficinas a toda mecha, golpes secos discontínuos, taladros que parece que quieren atravesar la tierra sin descanso, televisores con gallinas cacareando a mediodía... ruido, ruido por todas partes. Y tanto ruido no nos dice nada, ni un poquito de lo que nos sugería el silencio de hace tan pocos días. Sólo el mar tenía poder para romper el silencio. Aquí con tanto ruido, ni se escucha el mar. Lástima.

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