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Blog Personal de Itxu Díaz

Una visión filosófica de los medios y lo que no podemos ocultar del mayo francés

Me han atraído dos artículos que he leído en los últimos días. No tienen nada que ver entre sí, pero los comento brevemente a continuación.

- Uno de Kiko Méndez-Monasterio publicado en La Razón este jueves, titulado "Más efemérides". En cuatro breves párrafos destapa una verdad de grandes dimensiones. Tamaño templo. Este texto de Kiko es así: como una gran pañoleta que cubre un templo... De pronto el autor, en unas pocas pinceladas, levanta de golpe la pañoleta dejando a la intemperie la cruda realidad. Basta de sueños y poesía: para analizar el pasado con objetividad también deben examinarse los hechos del del presente. No cuentan los ideales ni las palabras bonitas de ayer, sino los hechos de hoy. Así de malvada es la historia, y así es necesario que sea, para evitar engaños. Kiko termina así su brillante columna: "Ahora, más creciditos, recuerdan nostálgicos los tiempos en que buscaban playa debajo de los adoquines. Pero en sus despachos de la Administración, o de las multinacionales, el único ladrillo que guardan es un trozo del Muro de Berlín". Este interesante artículo de Kiko se puede leer al completo aquí.

- Y otro de Regina Martínez Idarreta en El Imparcial, titulado "Ventanas a la realidad" y publicado hace ya algún tiempo. Tal vez sea un problema demasiado amplio como para tratarlo con acierto en un breve artículo, pero siempre he creído en las columnas de opinión que plantean preguntas. Nos sobran -y escribimos muchas- columnas de opinión sentando cátedra y ofreciendo respuestas, a veces necesitamos que nos planteen preguntas. Y eso me ha sucedido con este texto de Regina sobre la influencia de los medios de comunicación en la percepción que nosotros tenemos de todas aquellas cosas del mundo que no podremos palpar y descubrir en primera persona. El mundo tiende a eso. Tal vez no conocemos mejor, pero conocemos más. Es indudable que esta revolución  es, en buena parte, tecnológica -pero también social- y dejará su huella histórica en muchos otros aspectos que condicionarán a los hombres del futuro.

Escribe Regima en El Imparcial: "vamos construyendo la realidad sumando las experiencias propias a las experiencias que nos transmiten los medios de comunicación, hasta el punto que acabamos confundiendo ambas fuentes. De hecho, muchas veces resulta difícil distinguir entre nuestros propios criterios y aquellos que los medios han ido introduciendo en nuestro esquema mental del mundo". En este punto encuentro mi única discrepancia con el texto. A fin de cuentas, es lógico que nos cueste saber con seguridad cuál es nuestro criterio y cuál nos han ido introduciendo los medios que nos rodean. Al fin y al cabo, nuestro criterio es una rica y compleja mezcla de factores, de formación, de experiencia, de reflexión y, por supuesto, de conciencia. Por eso hablamos de "formar un criterio". En ese proceso de formación la intervención de los medios -no sólo de esos medios de comunicación- es inevitable. Es más útil conservar fresca nuestra conciencia que saber distinguir entre los propio y lo ajeno. La autoría -¡en esto también!- no es lo más importante.

Casi al final del artículo, otra frase, en otro terreno, describe con admirable sencillez el complejo proceso de acercamiento al mundo que experimentamos desde pequeñitos hasta que nos vamos: "Lo que vemos a través del cristal no es la realidad, sino, en el mejor de los casos, un cuadro aproximado de la misma". Este interesante artículo de Regina se puede leer al completo aquí.

 

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